terça-feira, 8 de outubro de 2013



Como todas las grandes creaciones del hombre, el amor es doble : es la suprema ventura y la desdicha suprema. Abelardo llamó al relato de su vida : " Historia de mis calamidades ". Su mayor calamidad fue también su más grande felicidad : haber encontrado a Eloísa y ser amado por ella. Por ella fue hombre : conoció el amor; y por ella dejó de serlo: lo castraron, La historia de Abelardo es extraña, fuera de lo común; sin embargo, en todos los amores sin excepción, aparecen esos contrastes, aunque casi siempre menos acusados. Los amantes pasan sin cesar de la exaltación al desánimo, de la tristeza a la alegría, de la cólera a la ternura, de la desesperación a la sensualidad. Al contrario del libertino, que busca a un tiempo el placer más intenso y la insensibilidad moral más absoluta, el amante está perpetuamente movido por sus contradictorias emociones...

Octavio Paz


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