Habremos de encontrarnos
en un lugar que ignoran los cartógrafos,
más allá de paredes y fronteras,
de empañados espejos y torpes simulacros,
en el justo reverso de esta tierra baldía
donde ni tú ni yo somos nosotros.
Allí te esperaré,
donde brota la sangre y abdican las palabras,
para al fin contemplarnos en las pupilas de los pájaros,
navegar a merced de las corrientes,
cuerpo a cuerpo, enlazados, naufragar.
Recuerda nuestra cita en un pliegue del tiempo.
Acude con lo puesto, no intentes comprender.
Cuando te alcance el rumor del oleaje
y el césped te deslumbre, rasgándose a tus pies,
sentirás que la hora del encuentro ha llegado.
Salta entonces con todas las fuerzas que te habitan.
Olvida nuestros nombres:
el surco acostumbrado, el terco pentagrama.
Recuerda que el prodigio es pasajero,
pues no hay ruta que conduzca a ese lugar "
Eduardo García.
http://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Garc%C3%ADa_(poeta)
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